Elena de White recomendó dedicar tiempo diariamente al estudio de la Biblia, sugiriendo períodos específicos y también principios generales.
Ella menciona que incluso un período corto puede tener grandes beneficios: "Es imposible estimar los buenos resultados de **una hora o incluso media hora cada día** dedicada de una manera alegre y social a la Palabra de Dios" (
TSS 11.2).
Además, enfatizó la importancia de que los padres estudien la Biblia con sus hijos todos los días: "Padres, reserven un poco de tiempo cada día para el estudio de la lección de la Escuela Sabática con sus hijos" (
CT 137.2).
También aconsejó aprovechar cualquier oportunidad durante el día para reflexionar en las Escrituras: "Mientras caminas por las calles, esperas en una estación de tren, esperas para cumplir con un compromiso, aprovecha la oportunidad para obtener algún pensamiento precioso del tesoro de la verdad" (
Ed 191.4).
En resumen, aunque mencionó "media hora o una hora" como un tiempo beneficioso, el principio más importante que destacó fue la constancia de un estudio diario y aprovechar cada oportunidad para aprender de la Palabra de Dios.