No existe una cita exacta de Elena de White que diga literalmente "Cristo asumió nuestra naturaleza caída pero no corrupta". Sin embargo, hay varias citas en sus escritos que abordan cómo Cristo tomó la naturaleza humana caída, se identificó plenamente con la humanidad, pero vivió una vida sin pecado ni corrupción. Aquí tienes algunas citas relevantes:
1. “En Cristo se unieron lo humano y lo divino. Su misión era reconciliar a Dios y al hombre, unir lo finito con lo infinito. Esta era la única manera en que los hombres caídos podían ser exaltados por los méritos de la sangre de Cristo para ser participantes de la naturaleza divina. Tomar la naturaleza humana capacitó a Cristo para comprender las pruebas y tristezas del hombre, y todas las tentaciones con que es acosado. Los ángeles que no conocían el pecado no podían simpatizar con el hombre en sus pruebas peculiares. Cristo condescendió a tomar la naturaleza del hombre y fue tentado en todo como nosotros, para saber cómo socorrer a todos los que fueran tentados.” (Testimonios para la Iglesia, tomo 2, p. 201.1)
2. “Cristo vino de las cortes de gloria a este mundo contaminado por el pecado y se humilló hasta la humanidad. Se identificó con nuestras debilidades y fue tentado en todo como nosotros. Cristo perfeccionó un carácter justo aquí en la tierra, no por su propia cuenta, porque su carácter era puro e inmaculado, sino por el hombre caído.” (Testimonios para la Iglesia, tomo 3, p. 371.2)
3. “Él vino a dar testimonio de que los seres humanos caídos, por la fe en su poder y eficacia como Hijo de Dios, pueden llegar a ser participantes de la naturaleza divina. Él solo podía hacer expiación por los pecadores y abrir las puertas del paraíso a la raza caída. Tomó sobre sí, no la naturaleza de los ángeles, sino la naturaleza del hombre, y en este mundo vivió una vida no contaminada por el pecado.” (Testimonios para la Iglesia, tomo 8, p. 206.4)
4. “‘El príncipe de este mundo viene’, dijo Jesús, ‘y nada tiene en mí’. Juan 14:30. No había en Él nada que respondiera a la sofistería de Satanás. No consintió en pecar. Ni siquiera por un pensamiento cedió a la tentación.” (El Deseado de Todas las Gentes, p. 123.3)
Estas citas muestran que Elena de White enseña que Cristo asumió la naturaleza humana caída, pero vivió una vida sin pecado, sin corrupción, y nunca cedió a la tentación. Aunque no se usa la palabra “corrupta”, se afirma que su naturaleza humana no estaba contaminada por el pecado.
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Referencias:
- White, E.G. (1885). Testimonios para la Iglesia, tomo 2, p. 201.1.
- White, E.G. (1875). Testimonios para la Iglesia, tomo 3, p. 371.2.
- White, E.G. (1904). Testimonios para la Iglesia, tomo 8, p. 206.4.
- White, E.G. (1898). El Deseado de Todas las Gentes, p. 123.3.