Según los escritos de Elena G. de White, el día de reposo es el séptimo día de la semana, conocido como el sábado. Dios descansó en el séptimo día después de la creación, lo santificó y lo apartó como un día especial de descanso para la humanidad. Se espera que las personas sigan el ejemplo del Creador, descansando en ese día, dedicándolo a la adoración, la reflexión espiritual y las buenas obras, evitando el trabajo común y las actividades seculares.
Algunas citas relevantes de sus libros:
- “Después de descansar en el séptimo día, Dios lo santificó, o lo apartó, como un día de reposo para el hombre.” (Patriarcas y Profetas, p. 47.3)
- “Dios reservó el séptimo día como un período de descanso para el hombre, para el bien del hombre así como para Su propia gloria.” (Testimonios para la Iglesia, tomo 1, p. 532.1)
- “El séptimo día es el sábado y en él no debe hacerse trabajo innecesario.” (Testimonios para la Iglesia, tomo 7, p. 122.3)
Por lo tanto, el día de reposo, según Elena G. de White, es el sábado, el séptimo día de la semana.
Referencias académicas:
- White, E. G. (1890). Patriarcas y Profetas, p. 47.3.
- White, E. G. (1885). Testimonios para la Iglesia, tomo 1, p. 532.1.
- White, E. G. (1902). Testimonios para la Iglesia, tomo 7, p. 122.3.