La posición oficial del White Estate es que Elena de White nunca afirmó que Cristo tuviera una naturaleza pecaminosa. Por el contrario, ella enseña claramente que Cristo tomó la naturaleza humana, pero sin pecado, sin la mancha o contaminación del pecado. Las citas proporcionadas muestran que, aunque Cristo fue hecho semejante a los hombres y vivió entre los pecadores, su naturaleza estaba sin la mancha del pecado y fue el único ser sin pecado que ha habitado en la tierra.
Referencias académicas:
- White, E. G. (1885). Testimonios para la Iglesia, Tomo 4, p. 528.2.
- White, E. G. (1892). Gospel Workers, p. 29.1.
- White, E. G. (1898). El Deseado de Todas las Gentes, pp. 72.2, 196.2. (The Desire of Ages, pp. 72.2, 196.2, en inglés).