No podemos decir: «Soy sin pecado» hasta que este cuerpo vil sea transformado y modelado a semejanza de su cuerpo glorioso. Pero si buscamos constantemente seguir a Jesús, tenemos la bendita esperanza de estar ante el trono de Dios sin mancha, ni arruga, ni nada parecido; completos en Cristo, revestidos de su justicia y perfección alguna cita similar esta?
Sí, existen varias citas de Elena de White que expresan ideas muy similares a la que mencionas, especialmente sobre la imposibilidad de decir "soy sin pecado" antes de la transformación final, la esperanza de estar completos en Cristo, y el ser revestidos de Su justicia y perfección. Aquí tienes algunas citas relevantes: 1. Sobre la transformación del cuerpo y la semejanza a Cristo: - “Who shall change our vile body, that it may be fashioned like unto his glorious body, according to the working whereby he is able even to subdue all things unto himself.” Filipenses 3:21 (ExV 42.1; EW 31.1). 2. Sobre la imposibilidad de reclamar perfección propia y la necesidad de la justicia de Cristo: - “This robe, woven in the loom of heaven, has in it not one thread of human devising. ... When we submit ourselves to Christ, the heart is united with His heart, the will is merged in His will, the mind becomes one with His mind, the thoughts are brought into captivity to Him; we live His life. This is what it means to be clothed with the garment of His righteousness. Then as the Lord looks upon us He sees, not the fig-leaf garment, not the nakedness and deformity of sin, but His own robe of righteousness, which is perfect obedience to the law of Jehovah.” (COL 311.4) 3. Sobre la esperanza de estar completos en Cristo y revestidos de Su justicia: - “He is waiting to strip them of their garments, stained and polluted by sin, and to put upon them the pure robes of righteousness, and bid them live and not die. In him they may flourish. ... If they abide in him, they can draw sap and nourishment from him, be imbued with his Spirit, walk even as he walked, overcome as he overcame, and be exalted to his own right hand.” (SA 145.2; 2T 453.2) 4. Sobre la transformación y la perfección en Cristo: - “The precious blood of Christ can cleanse you from all impurity, remove all your defilement, and make you perfect in Him.” (2T 92.2) 5. Sobre la imposibilidad de reclamar perfección propia antes de la transformación final: - “While with penitence and humble trust we meditate upon Jesus, whom our sins have pierced and our sorrows have burdened, we may learn to walk in His footsteps. By beholding Him we become changed into His divine likeness. And when this work is wrought in us, we shall claim no righteousness of our own, but shall exalt Jesus Christ, while we hang our helpless souls upon His merits.” (SL 8.2) Estas citas reflejan la misma teología: no podemos decir que somos sin pecado hasta la transformación final, pero tenemos la esperanza de ser completos en Cristo, revestidos de Su justicia, y finalmente presentados sin mancha ante el trono de Dios. Referencias académicas: - White, E. G. (1882). Early Writings (EW), p. 31.1. - White, E. G. (1900). Christ’s Object Lessons (COL), p. 311.4. - White, E. G. (1889). Selected Messages, Book 1 (SA), p. 145.2. - White, E. G. (1868). Testimonies for the Church, Vol. 2 (2T), pp. 92.2, 453.2. - White, E. G. (1889). Steps to Life (SL), p. 8.2.
citas sobre el proceso del pecado debido a las tendencias pecaminosas
Aquí tienes varias citas de Elena de White sobre el proceso del pecado debido a las tendencias pecaminosas: 1. “La prevalencia de un deseo pecaminoso muestra el engaño del alma. Cada indulgencia de ese deseo fortalece la aversión del alma hacia Dios. Al seguir el camino que Satanás elige, nos rodean las sombras del mal, y cada paso conduce a una oscuridad más profunda y aumenta la ceguera del corazón.” (El Discurso Maestro de Jesucristo, MB 92.2) 2. “El pecado de hablar mal comienza con el cultivo de pensamientos malos. El engaño incluye la impureza en todas sus formas. Un pensamiento impuro tolerado, un deseo impuro acariciado, y el alma se contamina, su integridad se compromete. ‘Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.’ Si no queremos cometer pecado, debemos evitar sus mismos comienzos. Toda emoción y deseo debe ser sometido a la razón y la conciencia. Todo pensamiento impuro debe ser rechazado instantáneamente.” (Testimonios para la Iglesia, 5T 177.1) 3. “Y que nadie se lisonjee pensando que los pecados acariciados por un tiempo pueden ser abandonados fácilmente después. No es así. Cada pecado acariciado debilita el carácter y fortalece el hábito; y la depravación física, mental y moral es el resultado. Puedes arrepentirte del mal que has hecho y encaminar tus pasos por sendas correctas; pero la forma de tu mente y tu familiaridad con el mal harán difícil distinguir entre el bien y el mal. Por los hábitos erróneos formados, Satanás te atacará una y otra vez.” (Palabras de Vida del Gran Maestro, COL 281.1) 4. “Pero la mente no desciende en un momento de la pureza y santidad a la depravación, corrupción y crimen. Para degradar a lo brutal y satánico a los que fueron formados a imagen de Dios, se necesita tiempo. Por contemplar somos transformados. Aunque formados a imagen de su Hacedor, el hombre puede acostumbrarse tanto al mal que el pecado que antes aborrecía le resulte agradable.” (Consejos sobre el Régimen Alimenticio, CTBH 127.3) 5. “Las pasiones pervertidas o la entrega a la gratificación del apetito o la inclinación de sus corazones no santificados; si fomentan el orgullo o principios erróneos y hábitos de infidelidad o disipación, cosecharán una abundante cosecha de remordimiento, vergüenza y desesperación.” (Testimonios para la Iglesia, 3T 226.2) Estas citas muestran cómo las tendencias pecaminosas, si se consienten, llevan a un proceso de endurecimiento, hábito y finalmente a la esclavitud del pecado, y cómo el proceso comienza en el pensamiento y el deseo antes de manifestarse en acciones. Referencias académicas: - White, E. G. (1896). El Discurso Maestro de Jesucristo (MB), p. 92.2. - White, E. G. (1885). Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (5T), p. 177.1. - White, E. G. (1900). Palabras de Vida del Gran Maestro (COL), p. 281.1. - White, E. G. (1890). Consejos sobre el Régimen Alimenticio (CTBH), p. 127.3. - White, E. G. (1875). Testimonios para la Iglesia, Tomo 3 (3T), p. 226.2.
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