La admiración de José en Egipto, según los escritos de Ellen G. White, se refleja en varios aspectos clave:
1. Sabiduría y fidelidad: José, aun siendo elevado a primer ministro, nunca ocultó su lealtad a Dios. Su vida pura y su dedicación al bienestar del pueblo egipcio le ganaron la confianza tanto del faraón como del pueblo. Fue reconocido por su sabiduría, justicia y benevolencia, llegando a ser un representante de Cristo ante una nación idólatra (ver Testimonios para la Iglesia, tomo 6, p. 219.3; Educación, p. 53.1).
2. Integridad en la adversidad: A pesar de estar rodeado de idolatría y tentaciones, José mantuvo su sencillez y fidelidad a Dios. No buscó el favor de los egipcios a costa de sus principios, y su conducta íntegra le ganó el respeto y la admiración de quienes lo rodeaban, incluyendo a Potifar y al jefe de la prisión (Patriarcas y Profetas, p. 214.2;
1SP 131.1-2).
3. Ejemplo de liderazgo: Al ser llamado a servir ante el faraón, José administró los asuntos del reino con tanta habilidad que “todo Egipto se maravilló de la sabiduría del hombre a quien Dios instruía”. Fue puesto como “señor de su casa, y gobernador de toda su hacienda; para sujetar a sus príncipes a su voluntad, y enseñar a sus ancianos sabiduría” (Educación, p. 53.1; Testimonios para la Iglesia, tomo 6, p. 219.3).
4. Reconocimiento público: Aunque su posición era esplendorosa y digna, José no permitió que esto lo apartara de su fe ni de su humildad. Cuando se reunió con su familia, la emoción y el amor por su padre y hermanos superaron cualquier orgullo por su estatus (Patriarcas y Profetas, p. 233.1).
5. Luz para las naciones: Dios usó a José como un “portador de luz” no solo para Egipto, sino para todas las naciones conectadas con ese reino. A través de él, muchos egipcios y extranjeros pudieron conocer el carácter y el poder del Dios verdadero (Testimonios para la Iglesia, tomo 6, p. 219.3).
En resumen, la admiración por José en Egipto se debió a su sabiduría, integridad, fidelidad a Dios y su capacidad de liderazgo, cualidades que lo hicieron sobresalir y ser respetado tanto por los egipcios como por su propia familia.
Referencias académicas:
- White, E. G. (1890). Patriarcas y Profetas, capítulos sobre José en Egipto (pp. 213-233).
- White, E. G. (1903). Educación, p. 53.1.
- White, E. G. (1901). Testimonios para la Iglesia, tomo 6, p. 219.3.
- White, E. G. (1877). Spirit of Prophecy, vol. 1, pp. 131.1-2.