No es correcto decir que Elena G. de White escribió simplemente desde su punto de vista personal o gustos, sin relación con la Biblia. En sus propios escritos, ella explica que sus mensajes y consejos no eran meramente opiniones personales, sino que estaban basados en lo que Dios le mostraba en visión. Por ejemplo, ella afirma:
- “En estas cartas que escribo, en los testimonios que doy, presento ante ustedes lo que el Señor me ha presentado a mí. No escribo un solo artículo en el periódico expresando meramente mis propias ideas. Son lo que Dios me ha abierto en visión—los preciosos rayos de luz que brillan del trono.” (Testimonios para la Iglesia, tomo 5, p. 67.2)
- “Mientras estaba en visión, un ángel me ordenó que escribiera la visión. Obedecí y escribí con facilidad. Mis nervios fueron fortalecidos, y desde ese día hasta hoy mi mano ha estado firme.” (Historia de la Vida de Elena G. de White, p. 222.1)
Ella también reconoce que sus escritos incluyen experiencias personales y consejos prácticos, pero siempre subraya que su propósito es guiar a las personas a la Biblia y a una vida cristiana más profunda, no imponer gustos personales.
En resumen, Elena G. de White declara que sus escritos no son simplemente opiniones personales, sino mensajes dados por Dios para edificación, consejo y corrección, siempre subordinados a la Biblia como la norma suprema de fe y práctica.
Referencias académicas:
- White, E. G. (1885). Testimonios para la Iglesia, tomo 5, p. 67.2.
- White, E. G. (1915). Historia de la Vida de Elena G. de White, p. 222.1.
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