Orar varias veces
Ellen G. White, en sus escritos, menciona varias veces la práctica de orar repetidamente durante el día, especialmente en momentos de necesidad o búsqueda de dirección divina. Aquí algunos ejemplos relevantes: - “Tres veces al día íbamos solos ante Dios, y nos entregábamos a la oración ferviente por la recuperación de su salud. [...] Por muchos meses nuestras oraciones ascendieron al cielo tres veces al día por salud para hacer la voluntad de Dios. Estas temporadas de oración eran muy preciosas. Fuimos llevados a una comunión sagrada con Dios, y tuvimos dulce comunión con Él.” (1T 98.1) - “Sábado por la mañana, como de costumbre, fuimos juntos al bosque, y mi esposo oró con mucho fervor tres veces. Parecía reacio a dejar de suplicar a Dios por dirección y bendición especial. Sus oraciones fueron oídas, y la paz y la luz vinieron a nuestros corazones.” (1T 109.1) - En el caso de Jesús en Getsemaní: “La tercera vez ora la misma oración que antes. Los ángeles anhelan traer alivio, pero no puede ser. El Hijo de Dios debe beber esta copa, o el mundo se perderá para siempre.” (SJ 104.9) Estos ejemplos muestran que orar varias veces al día es una práctica recomendada y ejemplificada tanto por los personajes bíblicos como por los pioneros adventistas, especialmente en tiempos de prueba, enfermedad o búsqueda de la voluntad de Dios. La repetición en la oración no es vista como falta de fe, sino como una expresión de dependencia y comunión constante con Dios. ¿Te gustaría saber más sobre cómo estructurar estos momentos de oración o sobre ejemplos específicos de respuestas a la oración? Referencias: - White, E. G. (1885). Testimonios para la Iglesia, Tomo 1, p. 98.1. - White, E. G. (1885). Testimonios para la Iglesia, Tomo 1, p. 109.1. - White, E. G. (1896). El Deseado de Todas las Gentes (también conocido como El Camino a Cristo), p. 104.9.
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