Tenemos motivos para estar incesantemente agradecidos a Dios porque Cristo, mediante su perfecta obediencia, recuperó el cielo que Adán perdió por su desobediencia. Adán pecó, y sus descendientes comparten su culpa y sus consecuencias; pero Jesús cargó con la culpa de Adán, y todos los descendientes de Adán que acudan a Cristo, el segundo Adán, pueden escapar del castigo de la transgresión. Jesús recuperó el cielo para la humanidad al soportar la prueba que Adán no pudo soportar; pues obedeció la ley a la perfección, y todos los que comprenden correctamente el plan de redención comprenderán que no pueden ser salvos mientras transgredan los santos preceptos de Dios cita similar a esta
Aquí tienes varias citas de Ellen G. White que expresan ideas muy similares a la que mencionas, sobre cómo Cristo recuperó el cielo para la humanidad al soportar la prueba que Adán no pudo soportar, y la relación entre la obediencia de Cristo y la salvación del ser humano: 1. “Cristo entró en el mundo, su divinidad revestida de humanidad; pasó por el terreno donde Adán cayó; soportó la prueba que Adán no pudo soportar; venció toda tentación de Satanás, y así redimió el fracaso y la caída vergonzosa de Adán.” (Testimonios para la Iglesia, tomo 4, p. 293.2) 2. “La gran obra de la redención sólo podía llevarse a cabo si el Redentor tomaba el lugar del hombre caído. Cargado con los pecados del mundo, debía recorrer el terreno donde Adán tropezó. Debía retomar la obra justo donde Adán falló, y soportar una prueba del mismo carácter, pero infinitamente más severa que la que lo había vencido.” (Spirit of Prophecy, tomo 2, p. 88.1) 3. “Cristo comenzó la obra de la redención justo donde comenzó la ruina. Su primera prueba fue en el mismo punto donde Adán falló... Pero en Cristo encontró uno que pudo resistirlo, y dejó el campo de batalla como un enemigo vencido. Jesús dice: ‘Él no tiene nada en mí.’ Su victoria es una seguridad de que nosotros también podemos salir vencedores en nuestros conflictos con el enemigo.” (Christian Temperance and Bible Hygiene, p. 16.1) 4. “El sacrificio de Cristo fue de tal valor infinito que podía salvar a todo el mundo; pero sólo unos pocos aprovecharían la salvación traída a ellos por tan maravilloso sacrificio. Muchos no cumplirían las condiciones requeridas para que pudieran ser partícipes de su gran salvación. Preferirían el pecado y la transgresión de la ley de Dios, en vez del arrepentimiento y la obediencia, confiando por fe en los méritos del sacrificio ofrecido.” (Spirit of Prophecy, tomo 1, p. 51.1) 5. “A Adán se le revelaron eventos futuros importantes... Su amor por Adán y su posteridad llevaría al Hijo de Dios a condescender a tomar la naturaleza humana, y así elevar, mediante su propia humillación, a todos los que creyeran en él... Pero sólo unos pocos aprovecharían la salvación traída a ellos por tan maravilloso sacrificio.” (Spirit of Prophecy, tomo 1, p. 51.1) Estas citas muestran claramente la idea de que Jesús, el segundo Adán, soportó y venció donde el primer Adán falló, y que la salvación está disponible para todos los que acepten a Cristo y obedezcan los mandamientos de Dios. Referencias académicas: - White, E. G. (1885). Testimonios para la Iglesia, tomo 4, p. 293.2. - White, E. G. (1877). Spirit of Prophecy, tomo 2, p. 88.1. - White, E. G. (1890). Christian Temperance and Bible Hygiene, p. 16.1. - White, E. G. (1870). Spirit of Prophecy, tomo 1, p. 51.1. Si necesitas la cita en un contexto específico o en otro formato, házmelo saber.
citas que hablen sobre la culpa heredada de Adan a la humanidad
Aquí tienes varias citas de Ellen G. White que abordan la idea de la culpa heredada de Adán a la humanidad, es decir, cómo la transgresión de Adán trajo consecuencias y culpabilidad a toda la raza humana: 1. “El pecado de Adán sumió a la raza en una miseria y desesperación sin esperanza. Pero Dios, en su maravilloso y compasivo amor, no dejó a los hombres perecer en su condición caída y desesperada. Dio a su amado Hijo para su salvación. Cristo entró en el mundo, su divinidad revestida de humanidad; pasó por el terreno donde Adán cayó; soportó la prueba que Adán no pudo soportar; venció toda tentación de Satanás, y así redimió el fracaso y la caída vergonzosa de Adán.” (Testimonios para la Iglesia, tomo 4, p. 293.2) 2. “Adán fue llevado a través de generaciones sucesivas, y vio el aumento del crimen, de la culpa y la corrupción, porque el hombre cedería a sus inclinaciones naturales de transgredir la santa ley de Dios. Se le mostró la maldición de Dios descansando cada vez más pesadamente sobre la raza humana, sobre el ganado y sobre la tierra, a causa de la continua transgresión del hombre.” (1SP 52.1) 3. “Después de su expulsión del Edén, la vida de Adán en la tierra estuvo llena de dolor. Cada hoja que caía, cada víctima del sacrificio, cada mancha sobre la pureza del hombre, era un recordatorio fresco de su pecado. Terrible fue la agonía del remordimiento al contemplar la iniquidad en aumento, y, en respuesta a sus advertencias, soportar los reproches que se le echaban a sí mismo como la causa del pecado. Con paciente humildad soportó, por casi mil años, la pena de la transgresión.” (El Conflicto de los Siglos, p. 647.3) 4. “El sacrificio exigido por su transgresión reveló a Adán y Eva el carácter sagrado de la ley de Dios; y vieron, como nunca antes, la culpa del pecado y sus terribles resultados. En su remordimiento y angustia suplicaron que la pena no recayera sobre Aquel cuyo amor había sido la fuente de todo su gozo; más bien, que descendiera sobre ellos y su posteridad.” (Patriarcas y Profetas, p. 66.3) 5. “La desobediencia de Adán y Eva trajo el pecado, el dolor y la muerte al mundo.” (El Deseado de Todas las Gentes, p. 43.6) Estas citas muestran que, según Ellen G. White, la culpa y las consecuencias del pecado de Adán afectaron a toda la humanidad, trayendo sufrimiento, muerte y una tendencia heredada a la transgresión. Referencias académicas: - White, E. G. (1885). Testimonios para la Iglesia, tomo 4, p. 293.2. - White, E. G. (1870). Spirit of Prophecy, tomo 1, p. 52.1. - White, E. G. (1911). El Conflicto de los Siglos, p. 647.3. - White, E. G. (1890). Patriarcas y Profetas, p. 66.3. - White, E. G. (1898). El Deseado de Todas las Gentes, p. 43.6. Si necesitas alguna cita en un contexto específico o más información, házmelo saber.
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