Según los escritos de Ellen White, la tarea principal de los presidentes de asociaciones (o conferencias) es la siguiente:
- Tener una supervisión espiritual y práctica sobre los obreros y la obra, asegurándose de que los ministros y maestros transmitan la luz que han recibido y que el trabajo en todas las líneas avance fielmente.
- Ser hombres de buena reputación, íntegros, con experiencia en la fe y capaces de enseñar y guiar a otros, mostrando en su carácter y conducta un honor para la causa de Cristo.
- Dedicarse a los intereses espirituales del pueblo, actuando como líderes y maestros, y evitando sobrecargarse con labores mecánicas o administrativas que puedan delegarse.
- Remover los obstáculos espirituales y administrativos que impidan el avance de la iglesia.
- Tener una visión de conjunto y velar por que todas las ramas del trabajo reciban la debida atención, incluyendo la educación y motivación de nuevos obreros.
- Animar y exhortar a la iglesia a asumir mayores responsabilidades y a avanzar en la obra de Dios.
En resumen, la tarea principal de los presidentes de asociaciones es la supervisión espiritual y administrativa, el liderazgo ejemplar, la enseñanza, el cuidado de los obreros y la iglesia, y la promoción del avance de la obra en todas sus áreas, siempre priorizando los intereses espirituales del pueblo.
Referencias académicas:
- White, E. G. (1915). Gospel Workers, pp. 231, 232, 403.
- White, E. G. (1900). Testimonies for the Church, vol. 6, pp. 45, 329, 376.
- White, E. G. (1904). Testimonies for the Church, vol. 8, p. 71.
- White, E. G. (1885). Testimonies for the Church, vol. 5, p. 371.