Ellen G. White expresó opiniones críticas sobre el uso de las bicicletas, especialmente en el contexto de lo que llamó la "fiebre de las bicicletas" (bicycle craze) que se vivió en su tiempo. Ella observó que muchas personas, incluso miembros de iglesia, estaban gastando dinero y tiempo excesivos en este pasatiempo, lo cual consideraba una forma de idolatría y una mala administración de los recursos, especialmente cuando había necesidades más importantes, como la construcción de iglesias o ayudar a los necesitados.
En sus escritos, Ellen White advierte que este entusiasmo desmedido por las bicicletas podía ser seguido por otras tentaciones y que Satanás utilizaba estos intereses para desviar la atención y los recursos de los cristianos de su verdadero propósito. No condena el uso de la bicicleta en sí, pero sí el abuso y la distracción que puede causar cuando se convierte en una pasión dominante o en un gasto innecesario.
Referencia principal:
- “Había una fiebre de bicicletas. Se gastaba dinero para satisfacer un entusiasmo en esta dirección que podría haberse invertido mucho mejor en la construcción de casas de culto donde se necesitan mucho. [...] Esto es una especie de idolatría.” (8T 50)
En resumen, Ellen G. White no condena la bicicleta como medio de transporte o ejercicio, pero sí advierte contra el uso excesivo y el gasto innecesario motivado por la moda o el placer, especialmente cuando hay necesidades más importantes.
Referencias académicas:
White, E. G. (1904). Testimonios para la Iglesia, Tomo 8, p. 50.