El comportamiento de Pedro, según los escritos de Elena G. de White, muestra una transformación notable a lo largo de su vida:
- Antes de su caída, Pedro era impulsivo, hablaba sin pensar y era propenso a corregir a otros sin comprenderse a sí mismo. Era confiado en sí mismo, impetuoso y a veces dictatorial (
5T 334.2;
DA 812.5).
- Durante el juicio de Jesús, Pedro intentó ocultar su verdadera identidad, actuando con indiferencia y uniéndose a los que se burlaban de Jesús, aunque en su corazón sentía dolor y enojo por el trato a su Maestro. Para encubrir sus sentimientos, incluso negó a Jesús con juramentos y maldiciones (
3SP 108.2;
DA 712.2;
1SG 49.2).
- Su negación fue resultado de miedo y de colocarse en terreno peligroso, donde fue presa fácil de la tentación (
DA 712.1).
- Sin embargo, tras su arrepentimiento y conversión, Pedro cambió notablemente. Conservó su fervor, pero la gracia de Cristo reguló su celo. Se volvió calmado, dueño de sí mismo y enseñable, capaz de pastorear tanto a los corderos como a las ovejas del rebaño de Cristo (
5T 334.2;
DA 812.5).
- Después de recibir el Espíritu Santo, Pedro se mostró firme, valiente y humilde, muy diferente al Pedro que negó a Cristo (
AA 62.3;
3SP 279.2).
- Jesús trató a Pedro con paciencia y amor, buscando enseñarle humildad, obediencia y confianza (Ed 88).
En resumen, Pedro pasó de ser impulsivo y autosuficiente a ser humilde, firme y guiado por el Espíritu, mostrando así el poder transformador de la gracia de Cristo.
Referencias:
- White, E. G. (1889). Testimonios para la Iglesia, tomo 5 (5T), p. 334.2.
- White, E. G. (1898). El Deseado de Todas las Gentes (DA), pp. 712.1-2, 812.3, 812.5.
- White, E. G. (1878). Spirit of Prophecy, vol. 3 (3SP), pp. 108.2, 109.1-2, 279.2.
- White, E. G. (1911). Los Hechos de los Apóstoles (AA), p. 62.3.
- White, E. G. (1858). Spiritual Gifts, vol. 1 (1SG), p. 49.2.
- White, E. G. (1903). La Educación (Ed), p. 88.