Según los escritos de Elena G. de White, el pueblo de Dios, los hebreos, comenzaron a ser esclavos del faraón después de la muerte de José y del rey que los había favorecido. Un nuevo rey subió al trono de Egipto, quien, al ver que los hebreos se multiplicaban y prosperaban, temió que se volvieran una amenaza en caso de guerra. Por esta razón, decidió someterlos a la esclavitud:
- “Este nuevo rey de Egipto... no estaba dispuesto a perder su trabajo. Este nuevo rey clasificó a los hijos de Israel con esa clase de esclavos que habían vendido sus rebaños, sus tierras y a sí mismos al reino. ‘Por tanto, pusieron sobre ellos comisarios de tributos que los molestasen con sus cargas... Y los egipcios hicieron servir a los hijos de Israel con dureza: y amargaron su vida con dura servidumbre, en hacer barro y ladrillo, y en toda labor del campo; en todo su servicio, al cual los obligaban con rigor.’” (
3SG 178.3;
1SP 161.1;
PP 241.4)
- “Los dos últimos reyes que habían ocupado el trono de Egipto habían sido tiránicos, y habían tratado cruelmente a los hebreos... Los egipcios habían aprendido las expectativas de los hijos de Israel, y se burlaban de sus esperanzas de liberación... Les señalaban su situación como pueblo, como una simple nación de esclavos...” (
3SG 240.2;
1SP 214.1)
En resumen, la esclavitud de los hebreos comenzó cuando un nuevo faraón, que no conocía a José, subió al poder y, por temor a su número y fuerza, los sometió a trabajos forzados y opresión. Esto ocurrió después de un período de prosperidad bajo José y el rey anterior.
Referencias:
- White, E. G. (1870). Spiritual Gifts, Vol. 3, pp. 178, 240.
- White, E. G. (1877). Spirit of Prophecy, Vol. 1, pp. 161, 214.
- White, E. G. (1890). Patriarchs and Prophets, p. 241.