En los escritos de Elena G. de White, y específicamente en "El Conflicto de los Siglos", no se encuentra la idea de que se permitiera guardar el sábado y el domingo al mismo tiempo. Al contrario, sus escritos marcan una clara distinción entre el sábado como el día de reposo bíblico y el domingo como una institución establecida por la tradición humana.
Lo que sí menciona es que muchos cristianos a lo largo de la historia guardaron el domingo con sinceridad, creyendo que era el día correcto, y que Dios aceptó su honestidad. Sin embargo, aclara que cuando la verdad sobre el sábado sea revelada, la observancia del domingo se convertirá en una marca de lealtad a las tradiciones humanas por encima de los mandamientos de Dios.
Un pasaje clave de "El Conflicto de los Siglos" dice:
"Pero los cristianos de las generaciones pasadas observaron el domingo creyendo que al guardarlo guardaban el día de descanso bíblico; y hoy existen verdaderos cristianos en todas las iglesias, sin exceptuar la comunión católica romana, que creen honradamente que el domingo es el día de reposo divinamente instituido. Dios acepta su sinceridad de propósito y su integridad. Pero cuando la observancia del domingo sea impuesta por la ley, y el mundo sea ilustrado respecto a la obligación del verdadero día de descanso, entonces el que transgrediere el mandamiento de Dios para obedecer un precepto que no tiene mayor autoridad que la de Roma, honrará con ello al papado por encima de Dios." (
GC 449.1).
Este texto explica que la observancia del domingo en el pasado se debía a una creencia sincera pero equivocada, no a que fuera una práctica permitida junto con la observancia del sábado. El tema central es la elección entre la autoridad de Dios y la de los hombres, no una combinación de ambas.