Dios, a través de Su Palabra y la inspiración divina, hace muchas preguntas con el propósito de llamar nuestra atención a los misterios profundos de la vida y de Su carácter, y para enseñarnos la limitación de nuestra sabiduría humana. Según los escritos de Elena G. de White, aquí tienes algunos ejemplos y reflexiones sobre las preguntas que hace Dios:
1. Preguntas para mostrar nuestra limitación:
- “En la palabra de Dios se plantean muchas preguntas que los más profundos eruditos nunca podrán contestar. Se nos llama la atención a estos temas para mostrarnos cuán poco comprendemos, aun de las cosas comunes de la vida diaria, y cuán limitada es nuestra sabiduría.” (Patriarcas y Profetas, p. 114.2; Consejos para los Maestros, p. 194.1; El Ministerio de Curación, p. 431.2; Testimonios para la Iglesia, t. 8, p. 261)
2. Preguntas que revelan el poder y la soberanía de Dios:
- Cuando Moisés dudó, Dios le preguntó: “¿Quién dio la boca al hombre? ¿O quién hizo al mudo, al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo, Jehová?” (Éxodo 4:11; citado en
3SG 192.2;
1SP 173.1). Esta pregunta es un llamado a confiar en el poder y la elección de Dios.
3. Preguntas para despertar la conciencia y la necesidad de salvación:
- “¿Qué haré para ser salvo?” (Hechos 16:30). Dios permite que el pecador sienta la carga de su necesidad y le lleva a hacer esta pregunta vital. (GW92 395)
4. Preguntas sobre la providencia y el conocimiento de Dios:
- “¿Cómo sabe Dios? ¿Y hay conocimiento en el Altísimo?” (Salmo 73:11). Dios responde: “Te reprenderé y lo pondré delante de tus ojos.” (
Ed 144.3)
5. Preguntas que no buscan respuesta humana, sino reflexión:
- “La inspiración divina hace muchas preguntas que el más profundo erudito no puede contestar. Estas preguntas no fueron hechas para que las contestáramos, sino para llamar nuestra atención a los profundos misterios de Dios y enseñarnos que nuestra sabiduría es limitada.” (El Ministerio de Curación, p. 431.2; Testimonios para la Iglesia, t. 8, p. 261)
En resumen, las preguntas que hace Dios en la Biblia y en los escritos de Elena G. de White no siempre buscan una respuesta directa, sino que nos invitan a reflexionar sobre Su grandeza, nuestra dependencia de Él y la profundidad de los misterios divinos.
Referencias académicas:
- White, E. G. (1890). Patriarcas y Profetas, p. 114.2.
- White, E. G. (1913). Consejos para los Maestros, p. 194.1.
- White, E. G. (1905). El Ministerio de Curación, p. 431.2.
- White, E. G. (1904). Testimonios para la Iglesia, t. 8, p. 261.
- White, E. G. (1864). Spiritual Gifts, vol. 3, p. 192.2.
- White, E. G. (1877). Spirit of Prophecy, vol. 1, p. 173.1.
- White, E. G. (1892). Gospel Workers (GW92), p. 395.
- White, E. G. (1903). Education (Ed), p. 144.3.