Según los escritos de Elena de White, Satanás sí eligió este planeta como el escenario de su rebelión contra Dios. Cuando fue expulsado del cielo, determinó hacer de la tierra su reino. Al tentar y vencer a Adán y Eva, pensó que había ganado posesión de este mundo, diciendo: “porque ellos me han escogido como su gobernante”. Satanás reclamó que el mundo era suyo y buscó establecer aquí un reino independiente en oposición a Dios y a Su Hijo. Sin embargo, aunque Satanás reclamó la tierra como suya, Dios proveyó un plan de redención para rescatar tanto al hombre como al planeta del poder del maligno. La controversia entre Cristo y Satanás se desarrolla precisamente en este mundo, el mismo campo que Satanás reclamó como suyo. Referencia clave: - “Cuando Satanás fue expulsado del cielo, determinó hacer de la tierra su reino. Cuando tentó y venció a Adán y Eva, pensó que había ganado posesión de este mundo; ‘porque’, dijo, ‘ellos me han escogido como su gobernante’. [...] La gran controversia comenzada en el cielo debía decidirse en este mismo mundo, en el mismo campo que Satanás reclamaba como suyo.” (Elena G. de White, Patriarcas y Profetas, p. 69.2) En resumen, según Elena de White, Satanás eligió este planeta para establecer su reino y desafiar la autoridad de Dios, pero Dios intervino con el plan de salvación para redimirlo. Referencia académica: White, E. G. (1890). Patriarcas y Profetas. Mountain View, CA: Pacific Press Publishing Association, p. 69.2.

No hay evidencia en los escritos de Elena de White de que Satanás estuviera presente durante la creación de la tierra. Según sus escritos, Satanás fue expulsado del cielo antes de la creación del ser humano, pero no se menciona que estuviera presente mientras Dios creaba la tierra. Más bien, Satanás aparece en escena después de la creación, cuando entra en el Edén para tentar a Adán y Eva. Por ejemplo, Elena de White dice: - “Satanás asume la forma de una serpiente y entra en el Edén... Satanás entró en la serpiente, y tomó su posición en el árbol de la ciencia del bien y del mal...” (1SP 35.1) Esto indica que su intervención ocurre después de la creación, no durante ella. Además, White señala que “todo lo que Dios creó era puro, santo y hermoso, hasta que el pecado fue introducido por el primer gran rebelde” (GC88 534.2), lo que refuerza que Satanás no participó ni estuvo presente en el acto creador, sino que su obra comenzó después, al tentar a los primeros seres humanos. En resumen: Según Elena de White, Satanás no estuvo presente en la creación de la tierra, sino que apareció después para tentar y corromper lo que Dios había hecho. Referencias académicas: - White, E. G. (1870). Spirit of Prophecy, vol. 1, p. 35.1. - White, E. G. (1888). The Great Controversy (edición de 1888), p. 534.2.

En los escritos de Elena de White, se describe que Satanás siente enemistad y odio hacia la raza humana porque, a través de Cristo, los seres humanos son objeto del amor y la misericordia de Dios. Aunque no se utiliza explícitamente la palabra "celos" en los textos consultados, se expresa que Satanás se opone a la humanidad porque ve en ellos el objeto especial del favor divino, y busca desfigurar y destruir la obra de Dios en el hombre. Por ejemplo, Elena de White dice: - “La enemistad de Satanás contra la raza humana se enciende porque, por medio de Cristo, son objeto del amor y la misericordia de Dios. Él desea frustrar el plan divino para la redención del hombre, deshonrar a Dios desfigurando y contaminando su obra...” (El Conflicto de los Siglos, 506.1) Esto indica que Satanás siente una profunda oposición y resentimiento hacia el hombre por el lugar especial que ocupa en el plan de Dios, lo que puede entenderse como una forma de celos o envidia espiritual. En resumen: Según Elena de White, Satanás siente enemistad y resentimiento hacia el hombre por el amor y el propósito especial que Dios tiene para la humanidad, lo que puede interpretarse como celos, aunque el término específico no se utiliza en los textos citados. Fuente: - “La enemistad de Satanás contra la raza humana se enciende porque, por medio de Cristo, son objeto del amor y la misericordia de Dios...” (El Conflicto de los Siglos, 506.1) Referencia académica: White, E. G. (1911). El Conflicto de los Siglos. Mountain View, CA: Pacific Press Publishing Association, p. 506.1.

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