Sí, Ellen G. White era firmemente contraria al uso de medicamentos de drogas, especialmente a los llamados “drogas venenosas” o medicamentos químicos comunes en su época. Ella aconsejaba que el uso de drogas debía ser “abandonado para siempre”, ya que, según sus palabras, “no curan ninguna enfermedad, sino que debilitan el sistema, haciéndolo más susceptible a la enfermedad” (Testimonios para la Iglesia 5:311; HL 244, HL 65).
También escribió que “los medicamentos nunca curan la enfermedad. Solo cambian la forma y la ubicación. Solo la naturaleza es el restaurador eficaz” (
4aSG 134.1). Ellen White advertía que muchos medicamentos y mezclas disponibles en el mercado eran perjudiciales y “matan a cientos donde benefician a uno” (
HL 245.1;
4aSG 139.3).
Ella defendía métodos naturales de tratamiento, como el aire puro, el agua pura, el ejercicio adecuado y una conciencia limpia, y recomendaba que las instituciones de salud adventistas educaran a las personas para depender cada vez menos de las drogas y más de los métodos higiénicos y naturales (
HL 246.4;
9T 175.1).
Por lo tanto, se puede afirmar que Ellen G. White era, sí, contraria a los medicamentos de drogas, especialmente los de naturaleza química y venenosa, promoviendo en su lugar los remedios naturales y la reforma de salud.
Fuentes académicas:
- White, E. G. (1885). Testimonios para la Iglesia, tomo 5, p. 311.
- White, E. G. (1905). El Ministerio de Curación (HL), pp. 244-246, 65.
- White, E. G. (1864). Dones Espirituales, tomo 4a (4aSG), pp. 134, 139.
- White, E. G. (1909). Testimonios para la Iglesia, tomo 9 (9T), p. 175.