Sí, Elena G. de White habla sobre el concepto de estar tan cerca de Dios que el pecado pierde su atractivo para nosotros. Ella lo describe como una conexión tan profunda con Cristo que nuestra mente se transforma y nuestros deseos cambian. Aquí hay algunas citas que expresan esta idea: "Cuanto más cerca estés de Jesús, más imperfecto te reconocerás a tus propios ojos; porque tu visión será más clara, y tus imperfecciones se verán en amplio y claro contraste con su naturaleza perfecta." (SC 64.2) "Cuando el pecado no nos parezca repulsivo, cuando no lo aborrezcamos, no lo hemos vencido, y no estamos en armonía con Cristo." (FW 103.2) "Nadie puede amar verdaderamente a Cristo y continuar transgrediendo voluntariamente la ley de Dios. El que obedece plenamente a Dios, cree en Jesús como el que perdona los pecados y el que perfecciona el carácter." (1888 1550.2) El principio que ella enseña es que a medida que contemplamos a Cristo y pasamos tiempo con Él, somos transformados a Su imagen, y nuestro amor por el pecado disminuye mientras que nuestro deseo de justicia aumenta.