Ellen White no dice explícitamente que Dios nos separe de nuestra familia y amigos cuando desea trabajar en nosotros. Sin embargo, sus escritos enfatizan la importancia de la "separación del mundo" y de no conformarse con sus prácticas.
Ella escribió: "La palabra de Dios a su pueblo es: 'Salid de en medio de ellos, y apartaos, ... y no toquéis cosa inmunda; y yo os recibiré, y seré a vosotros Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas'" (From the Heart, Page 319).
También declaró: "No podemos, hermanos y hermanas, flotar con la corriente del mundo. La obra que tenemos que hacer es salir y ser separados" (Christ Triumphant, Page 333).
Estos pasajes se refieren a una separación de las influencias y prácticas mundanas que podrían alejar a las personas de Dios, no necesariamente a una separación física de todos los miembros de la familia y amigos. La intención es que el pueblo de Dios sea "un pueblo peculiar" que le sirva de todo corazón, sin tomar honor para sí mismos.