Ellen G. White describe a los "verdaderos adoradores" como personas que buscan asimilar el carácter de Cristo y adoran al verdadero Dios. Según sus escritos, estos adoradores son fieles seguidores de Jesús, dispuestos a hacer sacrificios y a separarse de las cosas del mundo para obedecer la Palabra de Dios. No encuentran a Jesús en actividades mundanas, sino que buscan una vida espiritual y de crecimiento en la gracia. Además, los verdaderos adoradores tienen una fe genuina, se someten a la voluntad revelada de Dios y ayudan a otros a corregir sus errores, preparándose así para el reino de Dios. Alaban y glorifican a Dios continuamente, reconociendo Su sacrificio y misericordia, y no se cansan de hablar de Su bondad. Son descritos como aquellos que, con corazones indivisos, miran a Dios y reciben Sus bendiciones, alabando a Cristo como su Salvador y sacrificio suficiente. En resumen, para White, los verdaderos adoradores son aquellos que adoran a Dios en espíritu y en verdad, se apartan del mundo, obedecen Su Palabra, y viven una vida de alabanza, sacrificio y crecimiento espiritual. Referencias: - White, E. G. (1882). Testimonios para la Iglesia, tomo 5, p. 173.4. - White, E. G. (1868). Testimonios para la Iglesia, tomo 1, p. 288.1. - White, E. G. (1864). Spiritual Gifts, vol. 4b, p. 78.1. - White, E. G. (1876). Testimonios para la Iglesia, tomo 4, p. 181.1. - White, E. G. (1851). Early Writings, p. 115.3. - White, E. G. (1913). Counsels to Teachers, p. 369.4.