Aquí hay varias citas de los escritos de Elena G. de White sobre la naturaleza humana de Cristo:
"En Cristo se unieron lo humano y lo divino. Su misión era reconciliar a Dios y al hombre, unir lo finito con lo infinito. Esta era la única manera en que los hombres caídos podían ser exaltados a través de los méritos de la sangre de Cristo para ser partícipes de la naturaleza divina. El tomar la naturaleza humana capacitó a Cristo para comprender las pruebas y tristezas del hombre, y todas las tentaciones con que es acosado. Los ángeles que no conocían el pecado no podían simpatizar con el hombre en sus pruebas peculiares. Cristo condescendió en tomar la naturaleza del hombre y fue tentado en todo como nosotros, para saber cómo socorrer a todos los que fueran tentados." (
2T 201.1)
"Como representantes suyos entre los hombres, Cristo no elige a los ángeles que nunca cayeron, sino a seres humanos, hombres de pasiones iguales a las de aquellos a quienes tratan de salvar. Cristo se revistió de la humanidad para poder alcanzar a la humanidad. La divinidad necesitaba de la humanidad; porque se requería lo divino y lo humano para traer la salvación al mundo. La divinidad necesitaba de la humanidad para que esta pudiese ser un medio de comunicación entre Dios y el hombre." (
DA 296.4)
"Su naturaleza no tenía la mancha del pecado. Como Hijo del hombre, oraba al Padre, mostrando que la naturaleza humana requiere todo el apoyo divino que el hombre puede obtener para estar preparado para el deber y la prueba. Como Príncipe de la vida, tenía poder con Dios y prevalecía por su pueblo." (
4T 528.2)
"Jesús tomó sobre sí la naturaleza del hombre, para poder dejar un modelo para la humanidad, completo, perfecto. Se propone hacernos semejantes a él, fieles en todo propósito, sentimiento y pensamiento; fieles en el corazón, el alma y la vida. Esto es el cristianismo." (
5T 235.3)
"Tal es el carácter de Cristo como se revela en su vida. Este es el carácter de Dios. Es del corazón del Padre que los raudales de compasión divina, manifestados en Cristo, fluyen hacia los hijos de los hombres. Jesús, el tierno y compasivo Salvador, era Dios 'manifestado en carne'. 1 Timoteo 3:16." (
SC 12.2)