Según los escritos de Elena G. de White, Satanás tuvo una oportunidad de arrepentirse justo después de ser expulsado del cielo. Al darse cuenta de la gloria y la pureza que había perdido para siempre, expresó su arrepentimiento y deseó ser readmitido. Se le concedió una entrevista con Cristo, pero su arrepentimiento no fue aceptado. La razón fue que su arrepentimiento no nacía de un verdadero dolor por su pecado, sino del dolor por haber perdido su posición y los privilegios del cielo. El pecado y la rebelión se habían originado en él, y las "semillas de la rebelión" todavía estaban dentro de él, por lo que readmitirlo habría puesto en peligro la seguridad y la paz del cielo. Aquí están los pasajes clave que describen este evento: * **La petición de Satanás:** "Entonces relató al Hijo de Dios que se arrepentía de su rebelión y deseaba de nuevo el favor de Dios. Estaba dispuesto a tomar el lugar que Dios le había asignado previamente, y estar bajo su sabio mandato. Cristo lloró por la aflicción de Satanás, pero le dijo, como la mente de Dios, que nunca podría ser recibido en el Cielo. El cielo no debe ser puesto en peligro. Todo el Cielo se estropearía si fuera recibido de nuevo; porque el pecado y la rebelión se originaron con él. Las semillas de la rebelión todavía estaban dentro de él." (1SP 29.2) * **La naturaleza de su arrepentimiento:** "No se arrepintió de su rebelión porque viera la bondad de Dios que había abusado... La miseria que sentía al perder la dulce luz del Cielo, y el sentimiento de culpa que se apoderaba de él, y la decepción que experimentó al no ver realizadas sus expectativas, fueron la causa de su dolor." (1SP 30.1) Por lo tanto, su oportunidad terminó cuando su arrepentimiento fue juzgado como no genuino y basado en el egoísmo, lo que hacía imposible su regreso al cielo sin comprometer la santidad y seguridad del mismo.