Conto chistes la hna white
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Que se aconseja para escoger una esposa de pastor
Elena G. de White ofrece varios consejos claros sobre la elección de una esposa para un pastor, basados en sus escritos: 1. Influencia espiritual y consagración: - El mayor peligro para un ministro es tener una esposa no consagrada, ya que puede ser una influencia negativa en su vida y ministerio. Una esposa no santificada es considerada la mayor maldición que un ministro puede tener (GW92 209; 1T 139.1; GW92 216.1). 2. Apoyo en el ministerio: - La esposa del pastor debe ayudar a su esposo en sus labores, ser cuidadosa con la influencia que ejerce y recordar que es observada por otros. Se espera que apoye y ame la obra de Dios (1T 139.1; GW92 357.2). 3. Ejemplo en la vida y el carácter: - Su vida y conversación deben ser un ejemplo de humildad, mansedumbre y elevación espiritual. Si es devota, puede lograr tanto como su esposo en la obra (1T 139.1; GW 452). 4. Origen y fe compartida: - Se recomienda buscar una esposa que comparta la fe en el verdadero Dios, siguiendo el ejemplo de Abraham al buscar esposa para Isaac (1SP 101.3; PP 175.2). 5. Oración y dirección divina: - La elección debe hacerse con oración, buscando la dirección de Dios, como lo hizo Abraham (1SP 102.1; 3SG 112.1). En resumen, Elena G. de White aconseja que la esposa de un pastor debe ser una mujer consagrada, que ame y tema a Dios, que apoye el ministerio de su esposo, que sea un ejemplo en su vida y carácter, y que la elección se haga con oración y buscando la dirección de Dios. Referencias académicas: - White, E. G. (1885). Testimonios para la Iglesia, tomo 1, p. 139.1. - White, E. G. (1892). El Ministerio Pastoral (Gospel Workers), pp. 209, 216, 357, 452. - White, E. G. (1890). Patriarcas y Profetas, p. 175.2. - White, E. G. (1864). Spiritual Gifts, tomo 3, p. 112.1. - White, E. G. (1870). Spirit of Prophecy, tomo 1, pp. 101-104.
Ordenación de pastoras
En los escritos de Elena G. de White no se encuentra una declaración directa sobre la ordenación de mujeres como pastoras. Sin embargo, ella enfatiza la importancia de que las mujeres participen activamente en la obra de la iglesia, ayudando, instruyendo y ministrando a otras mujeres y familias. Por ejemplo: - “He anhelado que mujeres pudieran ser educadas para ayudar a nuestras hermanas a levantarse de su desaliento y sentir que pueden hacer una obra para el Señor. Dios bendecirá a todos los que se unan en esta gran obra.” (Testimonios para la Iglesia, tomo 6, p. 114.2) - “Gran cuidado debe ejercerse al seleccionar oficiales para las nuevas iglesias. Que sean hombres y mujeres verdaderamente convertidos. Que se elijan los mejor calificados para instruir, los que puedan ministrar tanto en palabra como en hecho.” (Testimonios para la Iglesia, tomo 6, p. 85) Elena de White también habla de la necesidad de pastores fieles y consagrados, pero en sus referencias al pastorado utiliza el lenguaje masculino y no menciona explícitamente la ordenación de mujeres como pastoras. Ella sí reconoce el valor del ministerio femenino en la iglesia, especialmente en el trabajo misionero, la educación y el apoyo a otras mujeres. En resumen: - Elena G. de White anima a las mujeres a trabajar activamente en la iglesia y reconoce su capacidad para ministrar y enseñar. - No hay evidencia en sus escritos de un llamado específico a la ordenación de mujeres como pastoras. - Recomienda que tanto hombres como mujeres convertidos y capacitados sean elegidos como oficiales y obreros en la iglesia. Referencias académicas: - White, E. G. (1900). Testimonios para la Iglesia, tomo 6, pp. 85, 114.2. - White, E. G. (1911). Hechos de los Apóstoles, p. 526.1. Si necesitas citas textuales adicionales o un enfoque específico, házmelo saber.
El uso de anillos
Elena G. de White aconseja claramente evitar el uso de anillos y joyas como adorno personal, considerándolo una manifestación de vanidad y una influencia negativa para otros creyentes. Ella cita las palabras del apóstol Pablo sobre la modestia y la sencillez en el vestir, y señala: - “Aquí el Señor, por medio de su apóstol, habla expresamente contra el uso de oro. Que los que han tenido experiencia cuiden de no inducir a otros al error en este punto con su ejemplo. Ese anillo que rodea tu dedo puede ser muy sencillo, pero es inútil, y su uso ejerce una mala influencia sobre otros.” (Testimonios para la Iglesia, tomo 4, p. 630.1) También relata cómo su alegría se vio afectada al ver a una joven candidata al bautismo usando anillos y aretes, considerándolo una muestra de vanidad en alguien que profesa seguir a Jesús (Testimonios para la Iglesia, tomo 1, p. 20.2; Life Sketches, p. 146.1). En resumen, Elena G. de White desaconseja el uso de anillos y otras joyas como adorno, promoviendo en su lugar la modestia, la sencillez y el adorno del carácter cristiano. Referencias académicas: - White, E. G. (1881). Testimonios para la Iglesia, tomo 4, p. 630.1. - White, E. G. (1885). Testimonios para la Iglesia, tomo 1, p. 20.2. - White, E. G. (1915). Life Sketches, p. 146.1.
El anillo de matrimonio
Elena G. de White aborda específicamente el tema del anillo de matrimonio en sus escritos. Su consejo principal es el siguiente: - “Algunos han sentido una carga respecto al uso del anillo de matrimonio, pensando que las esposas de nuestros ministros deberían conformarse a esta costumbre. Todo esto es innecesario. ... No necesitamos usar la señal, porque no somos infieles a nuestro voto matrimonial, y el uso del anillo no sería evidencia de que somos fieles. ... No se debe gastar ni un centavo en un aro de oro para testificar que estamos casados. En países donde la costumbre es imperativa, no tenemos carga de condenar a quienes lo usan; que lo lleven si pueden hacerlo con buena conciencia; pero que nuestros misioneros no sientan que el uso del anillo aumentará su influencia en lo más mínimo.” (El Ministerio Pastoral, p. 180; Special Testimonies, Series A 3:6, 7, 1895) En resumen: - Elena G. de White desaconseja el uso del anillo de matrimonio como costumbre, especialmente donde no es obligatorio socialmente. - No condena a quienes lo usan en países donde es una costumbre imperativa, pero enfatiza que el verdadero testimonio de fidelidad matrimonial es el carácter cristiano, no un símbolo externo. - Recomienda no gastar dinero en un anillo de oro solo para cumplir con una costumbre. Referencia principal: - El Ministerio Pastoral, p. 180 (Compilaciones) - Special Testimonies, Series A 3:6, 7 (1895) ¿Te gustaría la cita textual completa?
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