Claro, aquí hay algunas perspectivas de los escritos de Elena G. de White sobre cómo conocer la voluntad de Dios.
Para conocer la voluntad de Dios, es fundamental tener un deseo sincero de seguirla y una disposición a obedecer. Ella escribió: "No podéis conocer la voluntad de Dios si abrigáis en el corazón vuestra propia voluntad. Pero si estáis dispuestos a ser enseñados, si con sinceridad y constancia deseáis ver la verdad, Dios os revelará su voluntad" (
FV 233.3).
Aquí hay algunos pasos prácticos que ella describe:
### 1. A través de la Oración
La oración es una comunicación directa con Dios. Al orar, no solo hablamos con Dios, sino que también le damos la oportunidad de hablarnos a nuestro corazón.
"Mediante la oración sincera nos ponemos en comunicación con la mente del Infinito. Quizá no tengamos en el momento ninguna prueba notable de que el rostro de nuestro Redentor se inclina hacia nosotros con compasión y amor; pero es así, sin embargo. Quizá no sintamos su toque visible, pero su mano está sobre nosotros con amor y ternura compasiva" (
CC 97.1).
### 2. Mediante el Estudio de su Palabra
La Biblia es la revelación más clara de la voluntad de Dios para la humanidad. Estudiarla nos da principios y mandamientos que guían nuestras decisiones.
"En su Palabra, Dios comunicó a los hombres el conocimiento necesario para la salvación. Las Santas Escrituras deben ser aceptadas como una revelación autorizada e infalible de su voluntad. Son la norma del carácter, las reveladoras de las doctrinas y la piedra de toque de la experiencia religiosa" (
CS 7.2).
### 3. A través de un Corazón Dispuesto
Una de las condiciones más importantes para conocer la voluntad de Dios es estar dispuesto a hacerla, incluso antes de saber cuál es.
"Los que deciden obedecerle en todo sentido, que toman su posición del lado de la verdad, sabrán que están del lado de Dios... El que hace la voluntad de Dios, el que anda en el camino de la santa obediencia, conocerá la doctrina" (
FV 233.2).
### 4. La Voluntad de Dios es Nuestra Santificación
En un sentido más amplio, la voluntad de Dios para nosotros es que seamos transformados a la imagen de Cristo.
"Porque la voluntad de Dios es vuestra santificación" (1 Tesalonicenses 4:3). Elena G. de White comenta sobre esto diciendo: "La voluntad de Dios se expresa en los preceptos de su santa ley, y los principios de esta ley son los principios del cielo. Los ángeles que moran allí no alcanzan un conocimiento más elevado que el de saber cuál es la voluntad de Dios, y el hacer esa voluntad es el más alto servicio en que puedan ocupar sus facultades" (
DMJ 109.1).
En resumen, para conocer la voluntad de Dios, se necesita una combinación de oración ferviente, estudio diligente de las Escrituras y un corazón rendido y dispuesto a obedecer.