Ellen White no aborda explícitamente el tema del "sexo anal" en sus escritos con ese término específico. Sin embargo, en sus libros, ella condena cualquier práctica sexual que considere una "indulgencia antinatural", "degradante" o que viole las leyes naturales y morales establecidas por Dios. Habla en términos generales sobre la importancia de la pureza, la moderación y el respeto al cuerpo, y advierte contra la gratificación de pasiones animales y prácticas que considera "vicios" o "corrupción del cuerpo".
Por ejemplo, en Testimonios para la Iglesia, volumen 2, pá
gina 391.1, menciona:
"Los que se sienten en libertad, porque están casados, de degradar sus cuerpos por la indulgencia bestial de las pasiones animales, perpetuarán su curso degradado en sus hijos. Los pecados de los padres serán visitados sobre sus hijos porque los padres les han dado la marca de sus propias propensiones lujuriosas."
En resumen, aunque Ellen White no menciona el sexo anal de manera directa, sus principios sobre la sexualidad y la pureza condenan cualquier práctica sexual que degrade el cuerpo o sea contraria a la naturaleza y la moral cristiana según su perspectiva.
Referencias:
- White, E. G. (1870). Testimonios para la Iglesia, Volumen 2, p. 391.1.