Según los escritos de Elena G. de White, la "religión correcta" o verdadera no se define por una denominación específica ni por rituales externos, sino por una experiencia personal y transformadora con Dios. Aquí algunos puntos clave extraídos de sus libros:
- “La religión que viene de Dios es la única religión que conducirá a Dios. Para servirle correctamente, debemos nacer del Espíritu divino. Esto purificará el corazón y renovará la mente, dándonos una nueva capacidad para conocer y amar a Dios. Nos dará una obediencia voluntaria a todos sus requerimientos. Esta es la verdadera adoración. Es el fruto de la obra del Espíritu Santo.” (El Deseado de Todas las Gentes,
DA 189.2)
- “La verdadera religión se ve claramente en nuestras palabras, comportamiento y en cada acto de la vida. Los seguidores de Cristo no deben separar la religión de los negocios. Deben ir de la mano, y los mandamientos de Dios deben ser estrictamente observados en todos los detalles de la vida diaria.” (Testimonios para la Iglesia,
4T 190.3)
- “Jesús... declaró... que el tiempo había llegado cuando los verdaderos adoradores no necesitarían buscar un monte santo ni un templo sagrado, sino que adorarían al Padre en espíritu y en verdad. La religión no debía limitarse a formas y ceremonias externas, sino que debía entronizarse en el corazón, purificando la vida y motivando a buenas obras.” (El Espíritu de Profecía,
2SP 144.2)
En resumen, la religión correcta, según Elena G. de White, es aquella que transforma el corazón, lleva a la obediencia voluntaria a Dios, se manifiesta en la vida diaria y no se limita a formas externas, sino que es una experiencia viva y espiritual con Dios.
Referencias académicas:
- White, E. G. (1898). El Deseado de Todas las Gentes, p. 189.2.
- White, E. G. (1876). Testimonios para la Iglesia, Tomo 4, p. 190.3.
- White, E. G. (1877). El Espíritu de Profecía, Tomo 2, p. 144.2.