Según los escritos de Elena G. de White, la mujer sí puede tener un papel activo en la predicación y en la obra misionera, aunque con ciertos matices y énfasis en el contexto y la manera en que lo hace. Aquí algunos puntos relevantes extraídos de sus libros:
- Elena White cita la profecía: “Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán” (
3SG 24.1), lo que implica que tanto hombres como mujeres pueden ser llamados a proclamar el mensaje de Dios.
- Ella afirma que “discretas y humildes mujeres pueden hacer una buena obra explicando la verdad a las personas en sus hogares. La palabra de Dios así explicada hará su obra de levadura, y por su influencia familias enteras serán convertidas” (
9T 128.3).
- También menciona que “la esposa de un ministro puede hacer mucho si quiere. Si posee el espíritu de abnegación y amor por las almas, puede, junto con él, hacer casi una cantidad igual de bien. Una hermana obrera en la causa de la verdad puede entender y alcanzar algunos casos, especialmente entre las hermanas, que el ministro no puede” (
GW 201.3).
- Se destaca que las mujeres pueden hacer una obra que los hombres no pueden, especialmente en el trabajo personal y en el trato con otras mujeres y familias.
En resumen, Elena G. de White apoya que la mujer puede predicar y trabajar activamente en la obra misionera, especialmente en el contexto de la enseñanza, el trabajo personal y la evangelización en los hogares. No limita su labor solo a la esfera privada, sino que reconoce su capacidad para influir y predicar el mensaje de Dios, siempre bajo la dirección del Espíritu Santo y con humildad.
Referencias:
- White, E. G. (1864). Spiritual Gifts, Vol. 3, p. 24.1 (
3SG 24.1)
- White, E. G. (1909). Testimonios para la Iglesia, Tomo 9, p. 128.3 (
9T 128.3)
- White, E. G. (1915). Gospel Workers, p. 201.3 (
GW 201.3)
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