Puede predicar la mujer
Según los escritos de Elena G. de White, hay un claro apoyo para que la mujer participe activamente en la obra de Dios, incluyendo la predicación y la enseñanza, especialmente en ciertos contextos. Por ejemplo, Elena White cita la profecía: “Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán” (3SG 24.1), lo que implica que tanto hombres como mujeres pueden ser llamados a proclamar el mensaje de Dios. Además, ella afirma que “las mujeres pueden tomar su lugar en la obra en esta crisis, y el Señor obrará a través de ellas... Su obra es necesaria. Mujeres discretas y humildes pueden hacer una buena obra explicando la verdad a las personas en sus hogares” (9T 128.3). También menciona que la esposa de un ministro puede hacer casi tanto bien como él, especialmente alcanzando a otras mujeres y familias (GW 201.3; GW92 212.1). En resumen, según los escritos de Elena G. de White, la mujer sí puede predicar y enseñar, especialmente en el contexto de compartir la verdad en hogares y en la obra misionera, y su labor es considerada necesaria y bendecida por Dios. Referencias: - White, E. G. (1864). Spiritual Gifts, Vol. 3, p. 24 (3SG 24.1). - White, E. G. (1909). Testimonios para la Iglesia, Tomo 9, p. 128 (9T 128.3). - White, E. G. (1915). Gospel Workers, p. 201 (GW 201.3); Gospel Workers (1892), p. 212 (GW92 212.1).
La mujer podría ser pastora?
En los escritos de Elena G. de White, no se encuentra una declaración explícita que diga que la mujer puede o debe ser “pastora” en el sentido formal y oficial del ministerio pastoral ordenado. Sin embargo, hay varios textos que muestran que las mujeres pueden realizar labores pastorales y misioneras, y que su trabajo es valioso y necesario en la obra de Dios: - Elena White afirma que “mujeres pueden tomar su lugar en la obra en esta crisis, y el Señor obrará a través de ellas... Su obra es necesaria” (9T 128.3). - Se menciona que el trabajo misionero, como introducir publicaciones en familias, conversar y orar con ellas, “es una obra que educará a hombres y mujeres para hacer labor pastoral” (MC 42.2). - También dice: “Hombres y mujeres son llamados para hacer esfuerzos para plantar la bandera de la verdad en nuestras grandes ciudades...” (5T 370.1). - Reconoce que “fue María quien primero predicó a un Salvador resucitado” y que las mujeres pueden ser instrumentos de justicia, rindiendo servicio santo a Dios (GW92 383). No obstante, cuando Elena White describe el rol de “pastor” o “pastores”, generalmente utiliza el pronombre masculino y se refiere a “hombres” como los que ocupan ese cargo formal (GW 185.2; AA 526.1). Además, ella aclara que no recomienda que la mujer sea “votante o que ocupe cargos públicos”, aunque sí apoya su labor misionera y de enseñanza. En resumen: Según los escritos de Elena G. de White, la mujer puede realizar labores pastorales, misioneras y de enseñanza, y su trabajo es indispensable en la iglesia. Sin embargo, no hay evidencia clara en sus escritos de que apoyara la ordenación formal de la mujer como “pastora” en el sentido oficial del cargo pastoral. Su énfasis está en la colaboración activa de la mujer en la obra de Dios, especialmente en el trabajo misionero, educativo y espiritual. Referencias: - White, E. G. (1909). Testimonios para la Iglesia, Tomo 9, p. 128 (9T 128.3). - White, E. G. (1905). Ministerio de Curación, p. 42 (MC 42.2). - White, E. G. (1885). Testimonios para la Iglesia, Tomo 5, p. 370 (5T 370.1). - White, E. G. (1892). Gospel Workers, p. 383 (GW92 383).
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