En los escritos de Elena G. de White, no se presenta un "origen" de Dios en el sentido de un principio o comienzo, ya que Dios es descrito como eterno, sin principio ni fin. Algunos puntos clave de los textos relevantes son:
- Dios es presentado como el origen de la vida y el conocimiento: “apunta a Dios como la fuente de la vida y el conocimiento” (
Ed 250.1).
- Se habla de Dios como un ser personal, auto-existente, que creó al hombre: “un Dios personal y auto-existente sopló en esa forma el aliento de vida” (8T 264).
- La Biblia comienza con la afirmación: “En el principio Dios” (Génesis 1:1), lo que implica que Dios ya existía antes de todo lo creado (
Ed 134.2).
- Cristo, el Verbo, es “uno con el Padre eterno,—uno en naturaleza, en carácter y en propósito,—el único ser en todo el universo que podía entrar en todos los consejos y propósitos de Dios” (
GC 493.1).
En resumen, según los escritos de Elena G. de White, Dios no tiene un origen; es eterno, auto-existente y la fuente de toda vida y creación.
Fuentes:
- White, E. G. (1903). La educación (Ed), p. 250.1, 134.2.
- White, E. G. (1904). Testimonios para la iglesia, tomo 8 (8T), p. 264.
- White, E. G. (1911). El conflicto de los siglos (GC), p. 493.1.